En los últimos años, el sector de la fabricación aditiva ha experimentado un crecimiento muy significativo y esto se debe, fundamentalmente, a un consumo creciente de productos acabados mediante esta nueva tecnología. El índice de crecimiento anual se establece en el 31% y se considera que a medio plazo la fabricación aditiva adquirirá una relevancia intersectorial como tecnología de fabricación.
En la actualidad, se presta especial atención a la fabricación aditiva o impresión 3D de piezas de metal. Existen diferentes métodos, pero el más extendido en la industria es la fusión por rayo láser, conocida como fusión selectiva por láser (SLM) o sinterizado directo de metal por láser (DMLS). A partir de la información digital suministrada, el polvo metálico se materializa capa a capa hasta la finalización de la pieza, aportando una enorme libertad y flexibilidad en el diseño y en la producción, ahorrando material, disminuyendo costes y ganando tiempo en el prototipado y producción.
Es un sector que aporta extraordinarias ventajas en la fabricación de herramientas de precisión, puesto que muchas de las restricciones que limitan la fabricación convencional de herramientas desaparecen en gran parte con la fabricación aditiva. Por ejemplo, la necesidad de hacer ajustes en la máquina o la restricción a la hora de fabricar geometrías muy específicas. Gracias a la libertad de diseño que ofrece la fabricación aditiva, no es descabellado considerar que su potencial nos conduce hacia una nueva generación de herramientas con una importante mejora de sus características mecánicas.
Los pioneros en el uso de la fabricación aditiva de metales han sido empresas de alta tecnología, como el sector aeroespacial y los deportes de motor. Conforme la aplicación de esta tecnología vaya creciendo, aumentará la posibilidad de que se convierta en parte integral de todas las ingenierías y los paquetes de herramientas de diseño.
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